Contar el pasado para entender el presente.

Una joven de 14 años ve a su madre irse de casa en una Harley Davidson abrazada a su vecino, pintor y lector de cartas. 50 años después cuenta esta historia. 

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«Es muy raro ver que las manos de tu madre acaricien la cara de su amante. Que le peinen la barba. Es raro también que los ojos que antes vigilaban todo hayan renunciado al mundo como si le dijeran: puedes seguir sin mí.»

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