Descripción
En un pueblo casi sin gente, de repente vuelve la vida para mostrar que nada se acaba de verdad mientras haya un niño haciendo preguntas al mundo.
[alaya_toggle status=»off» title=»Sello»]Lumen[/alaya_toggle] [alaya_toggle status=»off» title=»Fecha de publicación»]Julio 1, 2015[/alaya_toggle] [alaya_toggle status=»off» title=»Medidas»]230 x 150[/alaya_toggle] [alaya_toggle status=»off» title=»Páginas»]328[/alaya_toggle] [alaya_toggle status=»off» title=»ISBN»]9786073131940[/alaya_toggle] [alaya_toggle status=»off» title=»EAN»]9786073131940[/alaya_toggle] [alaya_toggle status=»off» title=»Contenido»]A un pueblo casi abandonado, situado en algún lugar de este país, llegan Martín y Nadia, una pareja de treintañeros urbanitas que han decidido romper con todo para intentar sobrevivir lejos del complejo sistema urbano y neoliberal en decadencia en el que se han convertido las ciudades. En un momento de revulsión, con un clima cada vez más árido, la pareja huye de la vida que conocían auspiciados por una organización que se encarga de repoblar lugares rurales. Martín es un investigador atormentado por la extinción de los recursos y Nadia una artista plástica escéptica y ensimismada. En la ciudad, la vida ya no funciona: caos, restricciones, paros, indigencia.
Sin tener demasiada información acerca del lugar adonde han ido a parar, y llenos de dudas sobre si han tomado la decisión adecuada, se enfrentan al pequeño pueblo como si hubiesen retrocedido un siglo: hay luz eléctrica y hay agua corriente, todavía, pero no hay mucho más. En el pueblo desde hace mucho tiempo solo viven tres personas: Enrique, un cincuentón con aires de filósofo que escapó de la ciudad y de su pasado hace años; Damián, un viejo que gasta sus últimas energías en un proyecto hermoso y utópico, y Elena, una desconcertante mujer, criadora de cerdos y hortelana.
Poco a poco las relaciones entre ellos se van fortaleciendo y crean un sistema nuevo de necesidades, obligaciones y jerarquías, contaminado por la metamorfosis y la evolución personal de cada uno. Martín y Nadia tienen que reconstruir su mundo desde el principio, tienen que aprender a vivir de la tierra y olvidarse de la frustración y los miedos del pasado para salir adelante en el pequeño círculo donde han ido a parar, un círculo cada vez más cerrado y desde el que cada vez tienen menos perspectiva de la realidad. Un círculo al que, inevitablemente, también alcanza la forma más natural de la devastación.
La llegada de dos nuevas figuras, Ivana, antigua amiga de Enrique, y Zhenia, una niña de la que sus padres, inmigrantes rusos, no pueden hacerse cargo, traerá luces y sombras a los habitantes de la comunidad, hasta llegar a un sorprendente final.
Por si se va la luz no es una novela de actualidad latente, no profundiza en las razones y en los detalles tanto económicos como políticos y medioambientales que han hecho de las ciudades lugares inhóspitos. El regreso al campo como forma de supervivencia es el motor que arroja luz y nostalgia al futuro de los protagonistas. Es una novela hecha de personajes, figuras inolvidables, y es la relación entre ellos, sus sistemas de dependencia humana y la transformación que inevitablemente sufren al convivir unos con otros nos reconcilia con lo mejor y peor que hay en el ser humano. [/alaya_toggle]
[alaya_toggle status=»off» title=»Argumentos»]- Actualidad del argumento de la vuelta al pueblo, a los orígenes, frente al desmoronamiento de nuestra sociedad.
- La fuerza de los personajes.
- La figura de la autora como una de las escritoras emergentes de la nueva narrativa. [/alaya_toggle]
- Los que han leído a Rulfo y La lluvia amarilla de Llamazares, pero también la gente joven que ha leído Intemperie de Carrasco. También los que vieron en cine Historias mínimas y similares. [/alaya_toggle]
Nota 1 El Cultural
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